16 agosto, 2006

El que nunca haya pirateado, que arroje la primera piedra...


El que nunca haya copiado un programa, música o un juego, le sugiero que no continúe leyendo este artículo que es sólo para pecadores. En cambio, si el título ha despertado alguna área de su inmaculada conciencia, entonces déjeme decirle que tal vez usted mismo pueda aportar algo a este tema.
La piratería es tan común hoy en día como ir al boliche de la esquina a compra pan. Nadie tiene problemas para dormir en la noche cuando ha adquirido una copia de algo. Nadie eleva esa acción a la carpeta de acciones "pecaminosas". Nadie cree que será detenido por llevar entre sus cosas la última copia del Cd de Marcos Witt. El valor de los originales, más los impuestos que se le aplican y el margen del vendedor, comprar copia de casi todo, es por decirlo menos, una gran tentación.
Yo me pregunto: Si copiar música es un delito ¿por qué entonces venden "Cds" vírgenes para grabar? ¿No es acaso para llenarlos con información propia o de otros? ¿Quién fue el primer aviloso que se percató que copiar era más fácil que crear?
Satanás fue el primer graduado en "piratería" de la humanidad, cuando quiso usurparle a Dios su trono. Algo así como el primer intento de robo de un Copyright.
Dios es el creador por excelencia. Es el mejor artista y diseñador de todas las cosas. Todo lo que hace es perfecto y original. Satanás no tiene la capacidad de crear nada y por lo tanto desde sus inicios ha plagiado todo lo que Dios ha hecho: Música, ministerios, dones, religión y un largo etcétera. Como él no puede ser original sólo le queda copiar o imitar a Dios.
En la mayoría de los países se puede liberar cualquier creación original, después de 70 años de muerto el autor, lo que para el diablo no corre por que Dios es eterno (plop)
A propósito de plagio, se dice que los chilenos somos muy dado a imitar todo lo que haga otro, especialmente lo que venga de "gringolandia". ¿O acaso cuando Jimmy Swager estaba en su apogeo, no había predicadores que azotaban sus Biblias en el aire como él lo hacía? Estamos tan acostumbrados a imitar lo de afuera, repitiéndolo hasta el hastío, que después ni nos acordamos que lo copiamos de otros y lo asimilamos como si fuera nuestro.
Hoy hago mi propia mea culpa. Yo no puedo lanzar esa primera piedra ¿y usted? Mientras escribo estoy escuchando un Cd... pirata, (perdóname Kenny G) eso sí, me lo regalaron, no lo compré ¿Y si en vez de llamarlo piratería le cambiamos el nombre y comenzamos a llamarle "respaldo"? No es mala la idea ¿verdad? Qué lástima que no podamos decirle eso al juez. Lamento comunicarle que toda copia es un robo de propiedad intelectual y todo robo está penado por la ley civil y por la de Dios. Las cosa por su nombre: es pecado. Aunque todos tengamos tejado de... ¿cómo se llama eso que se quiebra?... ah, me acordé, tejado de vidrio.
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02 agosto, 2006


Y los padres de Marcela dijeron...

Los padres de Marcela, aceptaron la propuesta del joven médico y decidieron que donarían los órganos de su hija, pensando en que si ella hubiera estado presente, no lo habría pensado ni por un momento...
Cristo fue el primer donador de órganos en la historia. Y note que digo "órganos" ya que no sólo entregó su sangre, su cuerpo sino la vida entera. ¿Y nosotros? Como discípulo del Señor creo que debemos ser consecuentes con lo que predicamos, teniendo presente que el mismo Jesús dijo: Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos (Juan 15:13). Equivocadamente se cree que por dar nuestros órganos a otros, Dios tendrá un grave problema a la hora de la resurrección, como si Dios dijera: "Lamento comunicarte que no puedo encontrar tu riñón derecho y por lo tanto, no puedo resucitarte..." Si esto fuera así, entonces imagínese el problema que Dios tendría cuando comience a buscar a los que han fallecido en el mar o sencillamente murieron calcinados. Pero sabemos que no resucitaremos con este cuerpo frágil y corruptible. Por lo tanto, no hay subterfugios para no ser un donador de amor o de órganos que es lo mismo.
Hoy podemos estar sanos, mañana tal vez necesitemos que alguien nos regale un pedacito de vida para continuar nuestra existencia. ¿Le dirá usted: no puedo aceptarlo? Ser un donador es un acto de amor, donde podemos bendecir a otros aún estando muertos físicamente. Es una manera de expresar y transmitir la ternura de Jesús hasta el último momento. Recuerde que para el creyente la muerte no es el fin de la vida, sino más bien el comienzo de una eternidad. No se preocupe, si usted ya es un donador de órganos, cuando llegue al cielo, le prometo que llegará enterito...
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
(° Corintios 15:51)

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